jueves, 31 de julio de 2008

Mi primo el de los Melocos

En su tierra, con su gente, los portuenses Melocos podrán, por fin, saborear las primeras mieles del éxito. Tras las sombras de cancelación, el Ayuntamiento se ha hecho con las riendas del concierto, que tendrá lugar esta noche en la plaza de toros de El Puerto de Santa María, con entrada gratuita, y no los 20 euros que pretendía cobrar la empresa concesionaria del coso taurino, que no puso la carne en el asador y se rajó hace dos semanas de forma precipitada y algo temeraria. Los integrantes de Melocos, ilusionados y preocupados con la cita portuense, acaso una de las galas más importantes del verano en su extensa agenda de conciertos, se han trabajado el evento casi por cuenta y riesgo, convencieron al Ayuntamiento e incluso colaboraron en la búsqueda de patrocinadores.
La Delegación de Fiestas del Consistorio portuense ha solventado el problema originado por la empresa taurina, que se desentendió del evento hace un par de semanas. La discográfica de Melocos estuvo a punto de comunicar la suspensión definitiva, se vendieron pocas entradas con antelación, pero el grupo incidió en que el calendario de festivales que lleva a los chavales a todos los rincones de la Piel de Toro se caracteriza por la gratuidad de los conciertos, fiestas al aire libre, en su mayoría eventos municipales. Melocos, pese al éxito morrocotudo que está cosechando (número 1 de 40 Principales, discos de oro por ventas y descargas), está dando sus primeros pasos, se trata de jóvenes universitarios que apenas superan los veinte años, músicos en ciernes con notables influencias de la edad de oro del pop español y de las figuras más rutilantes de la actualidad pop-rockera. La banda ha aprovechado el tirón de una inteligente campaña de promoción, liderada por el empresario creador de Don Algodón, y se están currelando el verano como nadie. "Cuando me vaya", en versión compartida con la vocalista de la Quinta Estación, los ha catapultado al estrellato. De ahí que lleven semanas barruntando las vicisitudes de su concierto portuense, donde expondrán sus mejores galas ante familia, amigos y afición.
Por cierto, el guitarrista y autor de numerosos temas, Gonzalo Alcina, es mi primo !!! Su padre es el hermano menor de una familia muy musical. Y mi padre, el mayor. Así que le llevo más de veinte años a mi primo, quien describe en su canción "Vinilos" cómo su padre le inculcó el amor a la música, a los grandes del rock de todos los tiempos. Mi tío Ignacio tocó la batería en un relevante grupo gaditano de los años sesenta, los Abunai, donde también militó mi tío Fernando. Hacían de todo, sobre todo versiones de la época, pop, rock, soul, y se arrancaban incluso por The Band. Llegaron a actuar en la tele. De manera desastrosa, por cierto. Entonces no se estilaba el play back y los escasos medios jugaban casi siempre en contra. Gonzalo, mi primo, con el viento a favor, disfruta estos días como un chaval que es, y aprende a toda velocidad, como cuando era chico, tomando influencias de cada experiencia. Yo creo que mi primo es el más rockerillo de Melocos, que practica el pop para adolescentes que tanto primaba décadas atrás. Pepe Barroso, don Algodón, emula las campañas de promoción de antaño, con notable éxito, lástima que corran malos tiempos para la lírica, que si no ... Los Melocos van paso a paso, no quieren volverse locos.

A continuación, el artículo publicado en febrero de 2007 en Diario de Cádiz, cuando Melocos firmó su primer contrato discográfico-.

Herederos de los Abunai, estudiantes del ritmo




Ni flamenquito, ni carnaval. En Cádiz también se practica el pop-rock enraizado en la tradición estudiantil que en los años sesenta deparó tantas alegrías, y algún sinsabor, en la afición a los ritmos sincopados. Los herederos de la edad de oro del pop hispano, nietos del "baby boom", están aqui para quedarse. Son los herederos de los míticos Abunai, grupo mítico de los sesenta que llegó a tocar en la tele, en riguroso directo, y en las matinales del Falla junto a tantas formaciones de calidad. Los Melocos, recién fichados por la discográfica de Pepe Barroso, Don Algodón, se lanzan al ruedo musical a través de la potente Sony. En la canción "Vinilos", el guitarrista Gonzalo Alcina, de apenas veinte años, recuerda los viejos discos de 33 revoluciones que encontraba en casa. Obras maestras que pertenecían a su padre, Ignacio, que fuera reputado batería en los tiempos, precisamente, en que Abunai reinaba en los guateques del Club Náutico. Formaban parte de los Abunai otros nombres tan gaditanos como el desaparecido Fernando Alcina al bajo, cuya repentina muerte causó tanta consternación en la ciudad; Alberto Brome, Pepe Hohr y Álvaro Domínguez. Eran estudiantes, como los Melocos del siglo XXI, que toman el testigo del pop pegadizo, fresco y poderoso. En internet, donde estos chavales han forjado su incipiente fama, los anuncian como el "famoso grupo fichado por Pepe Barroso".
Como en los años sesenta, del hobby de un grupo de universitarios nació el germen de algo grande. Tres jóvenes de Valdelagrana City, Gonzalo Alcina, Manu Jurado y Jaime Terrón, que se conocieron en el colegio, unieron sus fuerzas al gaditano Andrés Ortiz, de La Laguna, y el pacense Antonio Suárez. Sus canciones suenan en la red con energía y desparpajo. Los veteranos hallan reminiscencias de los años ochenta, ecos de Secretos, Mamá, y también de los tiempos actuales, Mc Clan, Pereza y otros de estilo similar, entre la vehemencia y la melancolía. Colabora en el disco, que saldrá el 20 de febrero, nada más y nada menos que Enrique Arroyo, indispensable guitarrista de los Secretos. Y ejerce de productor el argentino Alejo Stivel, aquel cantante de Tequila que a finales de los setenta devolvió a la escena musical hispana la frescura de los sesenta y abrio las puertas al rock en castellano.
Todos ellos estudian en Sevilla: Andrés, arquitectura; Jaime, enfermería; Manu, odontología; Gonzalo, derecho y administración de empresas, y Antonio, técnicas de sonido. No piensan dejar sus carreras universitarias, pero se arrojan al mercado del disco en un momento clave de la industria, un punto de inflexión en pleno cambio de formatos y costumbres. No venderán los discos que antaño se despachaban, pero tendrán más público en conciertos y hogares, ahora que el usuario elige por sí mismo en la red y otros medios de información directa. El público "pirata" es más fiel, consideran ellos.
Con toda una multinacional detrás, suerte que no tuvieron sus antecesores, los Melocos se preparan para vivir, a partir de ya, la vorágine de presentaciones en directo y entrevistas a tropel. Todo ello gracias a una amiga que, durante un concierto en Barcelona, entregó a Pepe Barroso una maqueta del grupo. Don Algodón se alió con Sony para dar salida al conjunto y "todo salió redondo", remarca Gonzalo, quien ya cavila sobre el futuro inmediato. "Ahora tenemos que componer para publicar, sin perder el romanticismo. Es una vida nueva, aunque nos dicen que sonamos a los ochenta, nos llaman la removida".
Su padre, Ignacio, se emocionó cuando su hijo le mostró la canción que recuerda a los Abunai, a su tío Fernando y a su padre batería, cuya afición al rock tanto ha marcado a Gonzalo. Pero el tema principal del disco será "Cada Golpe". Muchos golpes vendrán después. Los chavales no superan los veinte años y quieren probar el sabor de las giras. "Si no hay directo, no hay grupo. Nuestro reto es sonar auténtico, demostrar que no somos un grupo prefabricado. Nos han vendido a bomb y platillo y tenemos que dar la talla".
Lo de las niñas, el aluvión de niñas que les llegará de inmediato, "todavía es una leyenda, pero dicen que vendrán", bromea Gonzalo. En los sesenta su padre y su tío tenían "fans" en Cádiz, él lo sabe, pero el ambiente era muy diferente en los círculos musicales, menos profesional, más natural e improvisado. De aquellos años, que también trajeron a los célebres Simun, los que lograron un triunfo más sonado, podría hablar con total propiedad el multifacético Antonio Reguera, que antes de reinventar el humor gadita con denominación de origen, su particular visió surrealista del mundo, ya destacó por su excelente calidad como guitarrista.
En la memoria musical quedan los pioneros Happy Boys de Paco Briceño, Paco Cappa, Nono Ábalos o Lalo Cañada, que dieron paso a los Tekas, los Shaders, los Flamingos o Telstar. Las veladas en el balneario de La Palma, las noches en el Cortijo de los Rosales, las fiestas del Club de Tenis también forman parte de la leyenda. La música instrumental, la llegada de los instrumentos eléctricos, quizá un amor furtivo a la libertad, por entonces libertad vigilada. Factores clave. Sin olvidar la influencia de la base naval de Rota, sin cuya existencia no habría entrado el rock de forma instantánea por esta tierra. Esa influencia perduró hasta los años ochenta, pero resultó fundamental en la creación del rock progresista de los años setenta.
Del colegio al concierto. Así se han forjado los grupos de rock de toda la vida, envueltos en cierto halo de inocencia y amor al riesgo inherentes a la edad y a una afición que se transmite de padres a hijos, nunca mejor dicho. Llega ahora la etapa del descubrimiento y la evolución permanente. Los hijos de Gonzalo y compañía gatearán en el futuro en busca de música y hallarán discos más pequeños y livianos que entonces, distintos formatos, quizá los japoneses hayan inventado ya el disco invisible.

Mi primo es el primero por la derecha en la foto promocional. La familia es lo primero, ya lo dijo Al Cupone.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ver como en cuanto uno empieza a ser famosete, le salen amigos por todas partes y un monton de "familiares" que se apuntan al carro. A ver si sigues proclamando que eres su prima en cuanto las cosas se le tuerzan al chaval ...

Enrique Alcina Echeverría dijo...

muy amable, anónimo comunicante. ahora soy el primo oportunista del de los Melocos, qué ilusión. Un saludo a sus familiares, y que no se tuerza ná.

Bea dijo...

Me ha encantado tu dedicatoria a tu primo.Al fin y al cabo es tu primo, ya lo era cuando no estaba en este grupo y lo sigue siendo. No entiendo porqué uno no va a poder decirlo.Me encanta la canción vinilos, tiene un gran ritmo y la verdad mi padre nunca fue músico pero tambien me recuerda a él.A pesar de que este comentario ya sea muy viejo respecto a esta entrada( que se escribió hace ya algo de tiempo, y ahora,cuando los Melocos ya se han consolidado como un grupo dentro del panorama español)

Del grupo de tus tios(y no sé si también el de tu padre)no sabía nada pero ahora lo buscaré por internet y miraré algunas cosas que me ha picado la curiosidad.
Un beso.


PD: Me pasaré por tu blog más a menudo, me gusta tu forma de escribir