jueves, 11 de febrero de 2010

Caña local, caña del país

Sui generis concurso de acreedores, suspensión de pegotes, suben los tipos de interés, baja la bolsa de basura, pasodobles y cuplés en absoluta primicia mundial, ya queda menos pa que cierren Guantánamo. Comando Coñeta. "La Eta no respeta ni que estamos en Carnaval". Los moskitos echan cohone, con las bombas que tiran los julandrones se hacen las dinamarquesas extensiones. Los chrigotarras se van a comer un carajo de la Caleta, subrayan los del Sheriff, cuidaíto con el baygón. Luego, en consecutivo telediario de coplas de actualidad, los Santos dedican una letrilla al notición: los planos, más que los planes, de los etarras. "Vascos". Ya estamos liaos, agravios impulsivos. Los andaluces ya sufrimos musho con el señorito, el yugo y las flechas y demás, tragando orgullo, que es gerundio. Menos mal que la comparsa cierra filas en torno al pueblo pa que no se deje representar por los fanáticos, faltó un pelo pa generalizar, insano deporte fallesco cuando se trata de mirar hacia otro lado. Por ejemplo: hay un canto común contra los nacionalismos, pero se enarbola con pasión la bandera gadita y no hay más linda patria que la chiquita. Las benditas incoherencias. Y la contundencia, cuando viene al caso: políticos trincones, la pérdida de principios y finales, el torpe gobernante que lanza la piedra de la prejubilación y causa estragos entre los escritores de pasodobles. Soldador de Astilleros hasta los 67. Si sobrevive la fábrica sin Gargallo, claro. Los Pelapapas, sin mencionar a Jesús, entona una oda a la memoria y al olvido, al silencio que Cádiz impone cuando se trata de recordar y reconocer a sus héroes de la clase trabajadora. Cádiz, tres mil años de placas, una calle del olvido y ni una placa a los caídos de Astilleros, a los obreros y sus bemoles. Casa la copla de Bocuñano con el pasodoble de los picaítos, donde brotan las pasiones gaditanas y la desidia a la hora de defender derechos y otros menesteres. Fútbol, Semana Santa y Carnaval. El triángulo mágico, el opio del pueblo.
Ojo al toquetazo de los Pelapapas, ilustrativo paralelismo entre el bloque de vecinos y la Piel de Toro, ahora que parecía más difícil gobernar una comunidad. Con imaginación. Convivencia e independencia. Mendigando trabajo. Flojos y señoritos. "En mi casa no hay fronteras, mi mujer domina la lengua oficial y si algún día viene la crisis, será de ansiedad por comprobar que un tipo con cara de tonto puede llegar a la presidencia ... de la comunidad". Zapatero, cogedlo ahí. Los trogloditas del Tino, por sus partes, endiñan cariño a los mantas de la izquierda y los mafias de la derecha. Socorro. Estamos rodeados.
Caña al mono. Cachondeíto con Maradona, armando dobles sentidos en la vía del humor autóctono, stop al canalleo anónimo en internés, odio tras el pc, ratones venenosos, autores vituperados, el coro de Julio Pardo se enfrenta cara a cara con el cobarde navegante, nos vemos en la calle, el reino de la verdad.
Un par de pamplis pa rematar la faena localmente universal. Pepe Blas, el edil más veterano, recibe un cupletazo por parte de los Dirertores, no suele participar en las letras el señor Fernández, experto en marrones en la sombra. Los santos callejeros, mestizos, con aire porteños y cabareteros, en cambio, recurren a la revancha personal y se acuerdan, de muy mala manera, de Subiela. Rencores entre comparsistas que a (casi) nadie interesan. Estilo belénestebanesco que no encaja con la elegancia que se le supone a Bienvenido y cía. Por cierto, señor Google, ¿Subiela va con ese o con zeta? Por si acaso, por las rimas.

Febrero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
La foto es de Jesús Marín

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