lunes, 20 de diciembre de 2010

Los insaciables

Deben hasta de callarse y, sin embargo, nos siguen pegando abajo. Ahora proponen que el extrabajador por cuenta ajena trabaje el resto de su vida para morir en paz con Don Dinero, no sé cuántos años de cotización, no sé cuántos años de obediencia debida, sumamos sudor y lágrimas, restamos horas de sueño, sumamos contratos chungaletas, restamos derechos sociales, vuelven los recortables, los insaciables. Utilizan los telediarios para avisarnos de la tormenta, en el único momento del día en que nos tienen a mano, enciende la tele, a ver cómo están los mercados ...
No tienen bastante con anunciar el peor año nuevo, advierten que no cuentan con nosotros para sus planes, sus reformas, pero nos animan a arrimar el hombro en el mercado negro, en el suyo, es lo que hay. Momento muy adecuado, por cierto, para que el expresidente, adalid de la presunta transición, profesor de socialismo, ingrese como intermediario en una multinacional y se apreste a vender el pescado de gas en los países hermanos, algunos de los cuales ya respiran de nuevo por la herida hispana. El otro día, en un documental sobre el Festival Viña del Mar, apuntaron que los rencores hacia la madre patria laten con fuerza en Brasil, Perú y Chile, precisamente donde han posado sus garras esas multinacionales con ansias de reconquista financiera. Sus armas, las mismas de siempre: aliviar las plantillas, recortar gastos por abajo, practicar la oligarquía y hacer enemigos.

2 comentarios:

Juan dijo...

Lo que no me explico es como Felipe, Mr. X, pueda decir con total impunidad que si hubiese podido volar a los etarras que hicieron la masacre del Hipercor lo habría hecho. No sé, recurso chulesco más propio de Chuck Norris que de un presidente democrático de obediencia debida al Estado de Derecho. Vale como bravuconada de barra de bar pero de ahí a confirmarlo con luz y taquígrafos va un mundo.
Nos vemos en esta crisis por culpa de la avaricia de unos cuantos y con esa misma avaricia nos quieren convencer para que arrimemos el ascua a su sardina.
Y de América latina, mil veces saqueada, quieren repetir la historia pero sin contar con el factor humano que aprende de su madurez.
Saludos positivos.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

se le fue la olla, se le fue la olla ...
lleva razón, Juan, hasta aquí hemos llegao por mor de la avaricia, se extendió por todas partes, venimos de Jauja ... siempre nos quedará Valparaíso, salud !!!