viernes, 6 de mayo de 2011

Viva el vértigo

Faralaes, qué palabra más fea. Traje de flamenca se antoja mejor. Lo de "vestirse de gitana" suena ya a rancio y racista. Fuegos de artificio en la feria de las clases sociales. ¿Quedan clases? Tantas como casetas privadas en cielo público. Abstenerse alérgicos al estreno del color de la primavera del qué dirán. Este año anuncian bronca en los coche-choque. Descontrol informático en la montaña rusa. Premio seguro en el tiro al blanco. Nos vemos en los cacharritos. Viva el vértigo. Reviva la angustia. El diseñador del laberinto de espejos ha presentado su dimisión irrevocable, el becario del tren de los escobazos ha contratado un seguro a todo riesgo, el cotrabandista de hielo calienta motores, un chunda chunda espeso incomoda en la oficina central antidopaje. Ferias del vino, ferias del caballo, ferias del nolotil. Rebujito de medias sonrisas. La constatación, primera parte. La enésima modernización de Andalusía. Los señoritos, el ganado, las guirnaldas de colores, el albero, los churros, la tajá, el autocar empetao, la familia geyper, la ciudad dormida, la contraportada del deseo, algodón agridulce de la infancia imposible, una de chocos y un pimiento.

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